Aftas bucales: qué son, síntomas y características

Esas pequeñas heridas que aparecen de vez en cuando sobre la mucosa de la boca y que comúnmente se conocen como “llagas” son las aftas bucales. Normalmente son pequeñas (entre 3 y 8 milímetros, aunque en ocasiones el tamaño puede se mayor), tienen forma ovalada, presentan un tono blanquecino y están rodeadas por un área enrojecida. En muchas ocasiones puede observarse una sola llaga, pero también es frecuente encontrar más de una al mismo tiempo.

Las aftas pueden ser o no localizadas visualmente dependiendo de su ubicación, pero no suelen pasar desapercibidas, ya que su principal síntoma es que resultan molestas e incluso pueden llegar a ser muy dolorosas.

El más mínimo contacto con la lengua o un trozo de comida puede producir una notable molestia, de manera que en algunos casos el consumo de alimentos puede hacerse verdaderamente complicado.

Aunque es poco común, las aftas pueden llegar a provocar fiebre, malestar general e incluso inflamación de los ganglios linfáticos.

Causas

Las aftas bucales pueden aparecer por diferentes causas y/o una combinación de ellas. No todas son conocidas, e incluso en algunos casos se baraja la posibilidad de que haya personas que posean una mayor predisposición a nivel genético para su aparición. Por ello no siempre es fácil determinar el origen de las mismas.

Entre las causas que se consideran como responsables de la aparición de aftas se encuentran el estrés, determinadas infecciones virales, las alergias alimentarias, la carencia de algunos tipos de vitaminas y minerales, los déficits inmunológicos (tener las defensas bajas) o determinados cambios hormonales, especialmente en mujeres.

También pueden producirse como efecto de algún traumatismo o una pequeña herida que el cepillado haya podido producir.

Y finalmente conviene no olvidar que las aftas bucales son uno de los posibles síntomas del cáncer oral u otras patologías importantes. Aquí conviene no alarmarse más de lo necesario, puesto que lo más normal es que las llagas aparezcan por otros motivos, pero a su vez es recomendable permanecer vigilantes.

Afta en la punta de la lengua.

¿Cuándo es necesario acudir al especialista?

Las aftas bucales normalmente desaparecen de forma espontánea en un plazo no mayor a dos semanas y por lo general no revisten una especial gravedad.

No obstante puede haber casos en los que sí sea necesario acudir al dentista, como cuando las aftas no desaparecen después de esas dos semanas señaladas o se producen de forma recurrente sin tener un origen claro (como por ejemplo cuando sabemos que nos hacemos daños al cepillarnos o comemos determinados alimentos que al rozar pueden provocar la lesión). Si la llaga además es indolora y/o se observa algún tipo de bulto, manchas o inflamación en la boca conviene prestar especial atención.

En estos casos es posible que se recomiende algún tratamiento específico y/o se solicite un análisis de sangre o biopsia, para descartar que las lesiones puedan estar siendo causadas por patologías más graves como el cáncer bucal.

Por tanto, es aconsejable no olvidar que si las úlceras bucales dejan de ser una molestia ocasional para convertirse en algo que permanece o se repite en el tiempo, el factor de aleatoriedad se reduce notablemente, y podemos estar ante una manifestación de un problema de salud que es necesario diagnosticar.

Remedios caseros y tratamiento de las aftas bucales

Más que por su gravedad, las aftas suelen tratarse para evitar las molestias que acarrean. La presencia de aftas bucales afecta la calidad de vida, ya que además de interferir en el normal consumo de alimentos, causan dolor de forma aleatoria cada vez que la lengua tiene contacto con la zona afectada.

Para que las molestias se reduzcan al máximo hasta su desaparición hay varios tipos de remedios y tratamientos. Los más comunes son diferentes productos a base de anestésicos locales y antiinflamatorios que permiten reducir las molestias.

También hay tabletas que se disuelven y enjuagues que se emplean para un propósito similar y que pueden contener ingredientes como la Lidocaína, corticoesteroides o hidrocortisona.

En algunos casos estos productos ayudan a que la curación sea más rápida que si siguiera su proceso normal.

Prevención de las aftas

No se puede prevenir al 100% la aparición de aftas, entre otras razones porque no siempre están claros los motivos que las ocasionan. Pero sí que es cierto que será más difícil que reaparezcan con frecuencia si se lleva una buena higiene bucodental , con un cepillado consistente y el uso de enjuagues bucales.

También se recomienda evitar alimentos que pueden irritar la mucosa bucal (picantes, ácidos, salados), tener una dieta saludable, beber el agua necesaria, evitar el estrés y proteger adecuadamente la boca si se están usando dispositivos dentales como férulas o aparatos de ortodoncia (pregunta a tu dentista ya que hay estrategias como por ejemplo pulir o usar geles para los bordes afilados).

En definitiva, dentro de los problemas bucodentales las aftas no se encuentran normalmente entre los de mayor gravedad, pero no por ello dejan de ser molestos ni debemos dejar de prestarles atención, pues en un pequeño porcentaje de casos pueden ser síntoma de enfermedades graves como el cáncer oral.

Conviene siempre tratar de poner remedio antes de que afecte a nuestra vida diaria, lo que se consigue adquiriendo unos buenos hábitos que minimicen la aparición de problemas y visitando al odontólogo no solo cuando la dolencia es manifiesta, sino a modo de prevención para que pueda estudiar el estado general de nuestra boca.

Te invitamos a compartir este artículo sobre aftas bucales con aquellos familiares o amigos a los que creas que les puede resultar de interés.